Rigo Tovar y la conexión con The Beatles

Hablar de Rigo Tovar es remontarnos a una etapa de México donde no existían las redes sociales ni las plataformas digitales. Los medios masivos tradicionales estaban cooptados por artistas con carreras apoyadas por disqueras importantes, en su mayoría, cumpliendo con una imagen estilizada y pulcra para lograr vender millones de discos, que era lo que la industria musical exigia.

En esos años, surgió un cantante que rompió con este esquema y logró conquistar la fama y la fortuna sólo con el apoyo de su público, que lo seguía por miles a lo largo y ancho del territorio mexicano, y más allá de sus fronteras.

Rigoberto Tovar Garcia (mejor conocido como Rigo Tovar) nació el 29 de marzo de 1946 en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, en la frontera con Brownsville. Rigo Tovar tuvo ocho hermanos y su mama le puso ese nombre por un trapecista del circo Unión.

Se desempeñó en un sin número de trabajos en ambos lados de la frontera (Matamoros y Houston), como tapizador, albañil. mesero, intendente, ayudante general en farmacias; en la industria como obrero, donde escuchaba a bandas de rock como Kiss, The Doors, The Beatles, Black Sabbath, Bee Gees, Scorpions, Janis Joplin y Queen. También se desempeñó como soldador, trabajo que le derivó una enfermedad en los ojos, que poco a poco lo fue dejando en la ceguera.

Fue pionero en introducir instrumentos modernos en la música tropical como el sintetizador, órganos moog, batería eléctrica y efectos de sampleo, así como instrumentos acústicos, guitarras españolas y arreglos de cuerdas con inclinación a la música clásica. Todo esto transformó a este género de composiciones básicas, a un género moderno logrando la aceptación de las masas que coreaban y bailaban la música de Rigo Tovar en México y Estados Unidos.

Rigo Tovar aprendió inglés, francés e italiano y lo mismo podía tocar en escenarios de Texas, San Francisco, Chicago, Las Vegas; así como en fiestas de pueblo, palenques, ferias, terrenos baldíos, arenas de box y lucha. Completando todo esto con su peculiar indumentaria, que él mismo diseñaba,inspirada en las tendencias rockeras de la época que incluía pantalones y chamarras de piel, jeans, pelo largo y sus inseparables gafas Ray – Ban, que lo mismo usaba para completar su look que para cuidarse de la enfermedad progresiva en sus ojos.

Se involucraba en la producción de sus conciertos sonorizando los lugares donde se presentaba colocando postes a lo largo del espacio y poniendo bocinas y uniendolas con cables, así como armando los escenarios colocando tambos de metal en el suelo y encima una base de madera para que sus músicos, el conjunto Costa Azul, pudieran tocar.

Rigo lleva su amor a Abbey Road

Su enfermedad diagnosticada, la retinitis pigmentosa, producto de sus días como soldador, se había agravado, por lo que en busca de una cura viaja a Londres en 1977 donde una oftalmóloga australiana lo somete a un tratamiento experimental a base de piquetes de abejas y le sugiere una estancia de ocho meses para completar dicho tratamiento.

En este tiempo, junto a los integrantes del Costa Azul: Juan Puebla, Efren Solis, Cesar Alejandro Herrera y Max Salazar se dedica a componer y preparar su séptimo disco “Dos tardes de mi vida” por lo cual tiene la oportunidad de rentar el legendario estudio donde The Beatles grabaron sus más emblemáticas canciones: Abbey Road. Aquí grabó tres canciones “Amor sincero”, “Amor libre” y la canción que le da nombre al L.P., aunque posteriormente el disco lo terminó de grabar en Los Ángeles.

Desafortunadamente su enfermedad no tiene cura y se agrava paulatinamente por la diabetes que padecía.

Hay una fotografía que deja constancia de su estancia en Inglaterra, donde se le ve ataviado con sus característicos lentes a la entrada de una estación del Londres Underground.

Su música y su estilo dejan huella

Rigo Tovar marcó un precedente en la música popular de México. Mucho antes de que existiera una fuerte industria dedicada a la llamada música regional mexicana, Rigo ya llenaba los escenarios donde se presentaba, llegando a congregar en un baile a las orillas del Río Santa Catarina en Monterrey, a más de 400 mil personas; juntando más gente que la visita del Papa Juan Pablo II, como se relata en las noticias de aquella época.

A lo largo de su carrera logró vender más de 30 millones de copias entre sus diferentes trabajos discográficos.

En la época de su apogeo, logró tener hasta 500 grupos de fans en todo México, recordando que no existían las redes sociales y mucho menos el internet ni las plataformas de streaming, dando cuenta de la enorme popularidad del cantante originario de Tamaulipas.

Desafortunadamente su carrera entró en el ocaso como resultado de la muerte de su madre en 1974, a la que idolatraba, y posteriormente la pérdida de su hermano, Everardo, en el terremoto de 1985. Lo anterior le trajo como consecuencia una profunda depresión, sumado a las adicciones, sus problemas maritales y el irremediable progreso de sus enfermedades, originando el declive de su prolífica carrera en la música.

Tras todo esto, Rigo Tovar se retira definitivamente de los escenarios en 1995, en medio de su ceguera, con fuertes problemas económicos y con las peleas de sus múltiples esposas quienes, hasta el día de hoy, se disputan el título de ser la viuda oficial de Rigo.

Rigo falleció el 27 de marzo de 2005 a causa de un paro cardiorrespiratorio, en la Ciudad de México. Sus restos fueron incinerados y sus cenizas esparcidas en su natal “Matamoros querido”, donde una calle y un monumento le rinden homenaje a este célebre cantante.

Cabe reconocer su influencia en la música. Hasta ese momento pocos grupos habían destacado cantando musica tropical y aunque no se le atribuye completamente la autoría de la fusión entre la cumbia y el rock, si fue el que le dio la inmensa popularidad llevándolo a tocar en los lugares más recónditos de México.  

Su influencia en el rock se puede constatar en los grupos que en esos años buscaban el estrellato y como mayor constancia queda el primer gran éxito de Caifanes, La Negra Tomasa, una amalgama entre el rock y la cumbia.

Su público lo llegó a bautizar con los títulos de “ El idolo de Mexico” y “El idolo de las multitudes” pero la mayor referencia a su música y su legado es el de: Rigo es Amor.

La casi olvidada visita de The Doors a México

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