A 30 años de El Diablito

El 19 de junio de 1990, Caifanes daba a conocer su segundo trabajo de estudio, el Volumen II o como la mayoría de la gente lo conoce “ El Diablito”. Esto debido a que  la portada simula a un juego de mesa muy popular en México, llamado “la lotería” con imágenes de un corazón, unas rosas, un querubín o angelito y la imagen de un diablito. A lo anterior, hay que agregarle que en la esquina inferior derecho está la leyenda EL DIABLITO, asi con letras mayúsculas. Todo esto acompañado por una fotografía de todos los integrantes del grupo en blanco y negro como fondo. 

El Volumen II alcanzó la posición número 18 de los mejores discos de rock en español en el conteo de la revista AlBorde.

Después del éxito que significó su disco debut con un rock cargado de matices oscuros y letras melancólicas, (donde Gustavo Cerati tuvo una participación en las guitarras en un track del corte); Caifanes se encontró en la encrucijada de demostrar que podían seguir en la línea de calidad de sus composiciones, pero no solo lo demostraron, superaron las expectativas de un público que estaba con la inquietud de que el grupo no fuera obra del éxito de su primer disco.

Caifanes entró al estudio de grabación los meses de Octubre y Noviembre de 1989 en Nueva York, bajo las órdenes del productor Oscar “Cachorro” López, contando  con las colaboraciones de Gustavo Santaolalla y Daniel Freiberg en algunas pistas. Como resultado de esto, el disco se integra por 11 canciones en donde se nota la evolución de las composiciones musicales, dejando atrás el rock gótico fuertemente influenciado por otra leyenda del rock: The Cure liderados por Robert Smith.

Fuente: colección personal del autor.

Track mas destacados

El álbum abre con una declaración de Saúl Hernández y el grupo donde nos dejan en claro todo lo que nos espera al escuchar el disco: ‘Detrás de ti’,  donde la voz de Saúl luce plena, potente, llena de coraje y un sentimiento que nos habla del hartazgo por seguir a una persona, un sueño, un amor imposible que nunca voltea, nunca nos mira aunque sepa que andamos detrás persiguiendolos incansablemente.

El segundo track ‘Antes de que nos olviden’ está dedicado a la lucha de los jóvenes del movimiento de 1968, un hecho político y social que marcó la historia de México y donde hubo un antes y un después de este movimiento, donde trágicamente muchos jóvenes perdieron la vida y fueron desaparecidos como represalia del gobierno en turno. Un track lleno de nostalgia donde se nos pide no olvidarlos y seguir recordandolos en un altar lleno de veladoras y a cada una ponerle un nombre.

“La Celula que explota’ fue realmente el sencillo que impulsó las ventas y difusión del álbum, a tal grado que muchos rockeros y no rockeros la tienen dentro de sus canciones infaltables en sus recopilaciones sonoras. Este track destaca por la excelente fusión que se logró entre el rock y la música tradicional mexicana dotándola de una identidad propia que no se había conseguido hasta ese entonces y marcó la pauta para que grupos posteriores la tomaran como una gran influencia para sus propias composiciones e interpretaciones. 

Destacan los arreglos de guitarra acústica, marimbas y una trompeta al estilo del tradicional mariachi mexicano que le imprime ese sello tan característico y distintivo que hace imposible no sentir el deseo de cantar con ese sentimiento de mariachi y rock al mismo tiempo. Un clásico indiscutible del rock mexicano.

La siguiente pista ‘Los Dioses ocultos’ nos mantiene en ese viaje con tonos místicos,con unos grandes arreglos de teclados, obra de Diego Herrera, que nos prepara a cuestionarnos el porqué no se puede aullar con un instinto animal como lo hacen los lobos, el acercarnos a  la parte salvaje que cada persona lleva en su ADN desde el nacimiento; el cuestionarnos actos de la vida, decisiones personales y dejarlas al hecho de que hay dioses incorpóreos que nos influencian y en ocasiones nos llevan a tomar una decision mortal.

Hay cortes destacables que también se han logrado ganar un lugar dentro de los veteranos seguidores de Caifanes como son ‘Sombras en tiempos perdidos’, ‘ El negro cósmico’ y ‘El Elefante’.

En lo musical, Caifanes da un gran paso hacia adelante, su sonido alcanza un escaño más en la calidad interpretativa así como en las letras de Saúl Hernández. Por su parte, Sabo Romo se muestra con una gran solidez en el bajo, Alfonso André  luce una grandiosa cualidad en la batería y se consolida como uno de los mejores bateristas del rock mexicano, Diego Herrera sigue colaborando intensamente con ideas a las canciones y logra una mejor fusión con sus teclados y Alejandro Marcovich, que se incorpora poco antes de grabar este disco, complementa y aporta a ese sonido en las guitarras que acompañaría a Caifanes en sus futuras producciones.

Sin lugar a dudas, este disco consolidó la carrera de Caifanes y se volvió una pieza fundamental en el nacimiento y desarrollo del rock en México y latinoamérica.

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