El cassette, un formato de almacenamiento de audio, fue creado por la empresa holandesa Philips e introducido al mercado europeo en 1963 y a los Estados Unidos en 1964. Se popularizó rápidamente cuando la empresa dio licencias gratuitas a otras empresas electrónicas para su fabricación. Llamado originalmente “Audio compact cassette” fue creado principalmente para reemplazar al magnetófono el cual no era un equipo portátil por su gran tamaño.
El cassette es un estuche de plástico que contiene dos carretes pequeños en los cuales pasa una cinta magnética que corre a una velocidad aproximada de 4.76 centímetros por segundo. Cuentan con dos pistas para poder escuchar: el lado A y el lado B que se pueden escuchar con solo darle la vuelta al cassette en un aparato reproductor.
La producción en masa se dio en la ciudad de Hannover en Alemania en 1964 y se utilizaban más para la grabación de dictado. En 1971 se introdujo una cinta magnética de dióxido de cromo que incluía la reducción de ruido de los laboratorios Dolby, transformando el cassette en un formato apto para la reproducción musical dando un importante paso para la aparición de reproductores de alta fidelidad.
A mitad de los 70´s la empresa de Japón Maxell le daría otro impulso al producto al comercializar los cassettes de cinta virgen. Unos años después otra empresa japonesa, TDK, entraría al mercado de cintas vírgenes.
El Walkman hace su arribo
En los 80´s, el cassette vivió su mejor época con la llegada del dispositivo que permitía reproducir la música en casi cualquier lugar: el Walkman. Era un reproductor de cassette portátil con auriculares que no era más grande que el propio cassette. Los usuarios podían grabar en la cinta la música de su elección y escucharla en donde ellos quisieran. Cuando los modelos de Walkman integraron sintonizadores de radio AM/FM las posibilidades de escuchar música se incrementaron considerablemente. Posteriormente, otros modelos de Walkman integraron la opción de grabar desde las emisoras de radio, grabar sonido en vivo y además, agregaron pequeñas bocinas en la parte posterior lo que incrementó su uso recreativo.
Durante unos 20 años el cassette tuvo un importante desarrollo con la introducción de versiones estereofónicas. Marcas tecnológicas como Sony, Technics, Pioneer, Panasonics, entre otras, lanzaron reproductores para uso doméstico de alta fidelidad combinado con cintas fabricadas con partículas metálicas puras, llamados “cassettes metálicos” que permitían una duración más prolongada del registro magnético y lograr una amplia gama de sonidos con mayor fidelidad. Con esto las compañías discográficas comenzaron a lanzar en simultáneo los LP y las cintas.
La aparición del Disco Compacto y el fin de su reinado
El audiocassette que tuvo su mayor auge durante los 80´s tuvo su caída con la aparición de la tecnología digital y su consolidación durante la década de los 90´s. El disco compacto (o C.D.) que tuvo su aparición en 1982 con el tiempo se convertiría en un producto lo suficientemente económico para competir directamente con el cassette. La capacidad de más almacenamiento, hacer copias digitales sin perder la calidad de audio resultaría mucho más atractivo al consumidor que paulatinamente comenzó a dejar de usar el audiocassette. No obstante, todavía hasta el 2012 las grabadoras portátiles con reproductores de cassettes, y los cassettes virgenes continuaron fabricándose y vendiéndose en tiendas al menudeo.
Se puede decir que el cassette contribuyó a introducir diversos tipos de música no permitidos como el rock, el heavy metal y el punk en los países socialistas del Este de Europa, debido a la portabilidad, durabilidad y facilidad de copiado. En la parte capitalista del mundo, el punk y el heavy metal se vieron beneficiados cuando varios grupos que tocaban estos géneros grababan su propia música y la distribuían en sus conciertos, con sus amigos y en las radios universitarias para darse a conocer y en muchas ocasiones, lograr un contrato con una compañía discográfica.
Lou Ottens, el inventor del cassette
El pasado 6 de marzo, Lou Ottens falleció a la edad de 94 años. Desde muy joven ya mostraba indicios de su ingenio al construir una radio casera que le permitió escuchar emisoras radiofónicas durante la segunda Guerra Mundial.
En los 60 ‘s estuvo al frente de un equipo de investigadores de la compañía Philips para desarrollar este invento tan importante en la industria de la música. La intención de Ottens era hacer algo simple y que fuera de fácil acceso para que todos pudieran usarlo. Debido a esto, también se le atribuye el concepto de “piratería.”
El documentalista Zack Taylor en su producción: Cassette. A documentary mixtape menciona que: “Lou abogo porque Philips licenciara este nuevo formato a otros fabricantes de forma gratuita, allanando el camino para que el cassette se convirtiera en un estándar mundial. Los cassettes nos enseñaron a usar nuestra voz incluso cuando el mensaje provenía de las canciones de otra persona, compiladas minuciosamente” declara Taylor.
Después de dos décadas de que la compañía había logrado imponer el formato que se podía llevar en las bolsas de las mujeres y en los bolsillos de los hombres, el propio Ottens colaboró con esa misma empresa para desarrollar una nueva tecnología en almacenamiento y reproducción musical que se conocería con el nombre de disco compacto o compact disc.
La firma tecnológica Philips difundió un comunicado sobre el sensible fallecimiento de este revolucionario inventor holandés:
“A todos nos entristece la noticia del fallecimiento de Lou Ottens. Lou era un hombre extraordinario que amaba la tecnología, aunque sus inventos tuvieran un origen humilde. Durante el desarrollo de la cinta de cassette, a principios de los años 60, mandó hacer un bloque de madera que cabía exactamente en el bolsillo de su abrigo. Así de grande iba a ser el primer Compact Cassette, lo que lo hacía mucho más manejable que las voluminosas grabadoras de cinta que se utilizaban en la época. Su invento pasó a conocerse como la cinta de cassette y se vendieron más de 100,000 millones en todo el mundo. Además, el cassette compacto, el disco compacto o CD, se debe en parte a su inventiva. Sin embargo, el éxito mundial siempre le sorprendió: sabíamos que podía llegar a ser grande, pero nunca hubiéramos imaginado que sería una revolución.”
Aunque a inicios de este milenio, en el 2001 específicamente, la compra de los cassettes sólo representó el 4% de toda la música vendida en los Estados Unidos, este formato se resiste a desaparecer. Aún hay personas que buscan y adquieren los cassettes para coleccionar y reproducir en sus aparatos con caseteras, un mercado más enfocado a lo vintage. No obstante, aunque este mercado continúa siendo limitado, poco a poco ha ido resurgiendo en el gusto de las nuevas generaciones, algo así como sucedió con los discos LPs, y algunas compañías discográficas han anunciado relanzamientos de discos clásicos en este formato.
Como dato adicional, la calidad de audio es mejor a comparación de algunos otros formatos de reproducción musical ya que la longitud que ofrece la cinta del cassette tiene la ventaja de que el audio no tiene que comprimirse para que este no sobrepase la capacidad de almacenamiento de otros formatos, ofreciendo un audio diferente y en muchas ocasiones, con mejor fidelidad.
¿Quién no recuerda seleccionar sus canciones preferidas de varios géneros y artistas y grabarlas en una cinta? (y en ocasiones hasta regalarlas).
Esto fue el precursor de las modernas playlists que se pueden crear ahora en las plataformas musicales de streaming.
Si aún conservas cassettes compártenos cuales tienes en los comentarios.
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